Este artista es dibujante, ilustrador, retratista y diseñador, es el creador de la marca de vinilos decorativos Chispum, en la que colabora como autor. Sus diseños e ilustraciones se distribuyen en Europa, Estados Unidos, Canadá, Japón, Corea e Iberoamérica. Además, es fundador, editor y autor de El Estafador, Este creativo nació el 24 de enero de 1972 en Zaragoza, ha vivido en diferentes sitios como Orléans, y no para de hacer representaciones ilustrativas de los acontecimientos del momento,
E: ¿Cómo trabajas los problemas sociales complejos? por ejemplo ilustraciones que habla sobre política, hambruna, el machismo, que reconocer el machismo es fundamental para poder avanzar en un mundo equitativo.
JR: Creo que es muy importante en mi trabajo la empatía, colocarse en los zapatos del otro, intentar comprender el mundo del otro y es algo muy diferente a la simpatía y la antipatía. Porque en realidad la simpatía es cuando tú conectas de piel muy rápido con alguien y te irías con esa persona de vacaciones y la antipatía es cuando en cinco segundos decides si no quieres saber nada con esa persona. Sin embargo, la empatía te obliga a investigar y a ponerte un poco los zapatos e intentar comprender el mundo del otro y eso es fundamental. Luego hay otra cosa que para mí es muy importante cuando te acercas a un tema social, primero intentar conocer bien cuál es la complejidad, a veces se peca de superficial pues podes hacer daño o no ser muy fino y no acercarte lo que deberías acercarte, creo que también esto es importante entender la complejidad con simpatía y luego no resultar nunca paternalista, intentar no dar consejos de un punto de vista elevado, sino más bien intentar mostrar un punto de vista que quizás no es el punto de vista común, es diferente al del otro, pero por lo menos conectar con estas problemáticas desde un punto de vista exterior.
E: Sobre el machismo, ¿estás trabajando en ello para tu nuevo libro, no es así?
JR: En octubre tengo que entregar el libro, en estos momentos lo estoy terminando y que aparecerá en febrero aproximadamente. El libro es una especie de continuación de Homo machus, del primer libro que hice que trataba una visión de las masculinidades y del machismo en general y de las violencias machistas, pero este lo he centrado más en la parte laboral porque en el primer libro me di cuenta, hablando con las mujeres con las que hable para realizar el libro, que el tema del trabajo y las relaciones laborales es un tema muy importante y central dentro de la lucha feminista, porque existe el empoderamiento de la mujer por la realización en lo profesional en igualdad de condiciones por un lado, por otra parte existe una clara problemática económica; la diversidad de ser autónomas económicamente para poder decidir, porque vivimos en un mundo donde el dinero es importante para poder alquilar una casa por ejemplo o tomar nuestras propias decisiones y, por otro lado también es un lugar que siempre ha estado habitado por el machismo, por la masculinidad hegemónica, porque realmente el trabajo del libro ha sido, que no quiero adelantarme a contar aún… (risas), es una especie de introducción al principio que hay que pulirlo, pero sí me gusta ver la visión histórica de cuando el hombre se encargó de salir y de tener una vida expuesta al exterior al público y la mujer quedó relegada a lo privado, y de alguna forma ahora mismo después de la crisis del Covid, es muy interesante como esta historia de lo público y lo privado de repente se ha juntado, han implosionado y nos hemos visto todos en lo privado pero trabajando para lo público. Hay un momento histórico ahora mismo que es muy interesante relacionado con el trabajo y todo esto es lo que va a tratar el libro, de hecho te he hablado más del libro que mi propia editora. Si se enteran me echan… (risas)
E: Hasta nuestras propias madres a veces tienen actitudes o dicen alguna frase machista sin darse cuenta
JR: Debemos trabajarlo como sociedad, yo creo que es algo cultural que lo tenemos los hombres y también las mujeres, y lo sufren más esta última. Pero realmente en nuestra conciencia y en nuestro pensamiento está instalado porque es una estructura cultural que está ahí, intentamos cambiarlo desde muchos puntos de vista. Yo animo desde los libros, sobre todo dirigido a los hombres, a intentar dar ese paso de alineación hacia un feminismo y hacia el feminismo de las mujeres, de colocarlos a la par para luchar al lado de ellas y tomar también la acción, que no seamos solo simples observadores de todos los cambios y de esta gran revolución, sino que estemos al lado de ellas es muy importante.
E: En El Estafador eres fundador y editor, ¿Que principios tiene? ¿Hasta dónde puedes llegar con la ironía?
JR: Yo creo que en lo que hacemos los humoristas gráficos no debe de haber fronteras, ni creo que tengamos muy delimitado a lo que podemos llegar con la ironía. Es muy importante entender el humor gráfico como algo cultural, como si tuviéramos una película que tiene una cierta ideología y luego frente a otra y que tengamos que decidir si una hay que castigarla por encima de otra o no. Yo creo que todas las expresiones artísticas y culturales debe de haber una libertad de expresión, una cosa es que yo haga un chiste sobre alguien que amenaza a alguien o que mata, y otra cosa es matarlo en la realidad claramente ¿no?, pues creo que ahí no debe de haber límites, en realidad es la capacidad comprensiva del lector, la capacidad de cada uno entienda el mensaje y lo haga suyo de una forma diferente. El Estafador como publicación nació sobre todo como humor gráfico orientada a la actualidad política y social y trabajamos en esa línea. Ahora estamos dos personas, han pasado mucha gente, también de Latinoamérica grandes como Guillen que es un dibujante argentino que trabaja en Nación o clarín, no recuerdo, también Tute (Juan Matías Loiseau) que su padre era Caloi ¿igual te suena?
E: Si, muy conocido su programa Caloi en su tinta. Te has adelantado a mi siguiente pregunta, cuentas con colaboradores en toda Hispanoamérica. ¿En Argentina tienes alguno?
JR: (risas…) Si, lo que pasa en El Estafador ellos estuvieron una temporada, ahora mismo no colaboran porque es una especie de parche donde nadie cobra, entonces evidentemente uno va ganando experiencia y cuando ya no le apetece deja de colaborar, eso me pasa a mí y a todos cuando uno empieza, luego van a pareciendo otros, Si que ha sido un medio en el que han aparecido autores interesantes. Hubo un uruguayo Troche (Gervacio Troche), que es buenísimo, muy bonito lo que hace, pasó también un brasilero que vive en Argentina, no me acuerdo en estos momentos, perdonad soy un desastre para los nombres. El Estafador es un lugar de encuentro donde entra y sale gente.
E: Ilustras viñetas sencillas con carga reflexiva sobre Medio Ambiente, Covid-19, Racismo, entre otras. Me ha sorprendido una de la “Nueva Cañalidad” porque recién estábamos viviendo lo del Covid y por entrar en un confinamiento. ¿Como te adelantas a ese proceso ilustrativo?
JR: Yo creo que lo hice porque hay cosas que se hablan de la “Nueva Normalidad”, y en realidad esta lo que hace es que acaba definiendo en lo concreto, en como vamos a comportarnos a partir de ahora, en el gráfico era un poco decir `seguir tomando cañas un poco diferente´. Lo que intento cuando hablamos de viñetas es simplificar más que
todo, cuando tú dices algo con pocos elementos aquella imagen cobra más, tiene mucho más fuerza, es un efecto parecida a las señales de tráfico, para mi esto ha sido un gran medio en donde expresarme porque es rápido y yo soy un corredor de velocidad, no soy un corredor de fondo, entonces si tu colocas una viñeta muy compleja en Instagram no se va a leer igual que una viñeta sencilla, porque pasamos imágenes a toda velocidad, estamos con el dedo pasando y los likes son muy baratos, quiero decir que dar un like es muy fácil. Por eso comparo con las señales de tráfico, esa carretera que pone Instagram tú puedes ir a 200 por hora, si vas por una autopista real hay señales de tráfico y las hay muy simples y por eso funcionan. Mi trabajo es un poco eso, es quitar la paja y mostrar solo lo importante. También porque vivimos en una época en donde la velocidad se ha incrementado muchísimo.
E: También trabajas para editoriales como Santillana, que es muy reconocido en Latinoamérica y publicaciones como Cuarto Poder, El País, Go Barcelona…
JR: Son diferentes trabajos, por ejemplo, para Cuarto Poder o Apple que es una colaboración nueva que empecé recientemente, funcionan diferente cada medio y en cada situación. Con Cuarto Poder soy yo quien propone los temas, con Apple a veces los proponen ellos. Con Santillana no trabajo viñeta, sino que hago ilustración para libros educativos para los chavales y la última colección que estamos haciendo es una serie de libros para ayudar a los profesores a motivarse con nuevas técnicas de educación, con nuevas propuestas que tienen que ver con la creatividad, con los nuevos medios digitales, con utilizar la idea de juego, por ejemplo con los niños, de hacer cada libro que hable de un tema diferente por un experto. Lo que hago es ilustrar muchas veces lo que dice el experto y me lo paso muy bien en todos.
E: ¿Sigues haciendo cómic como la serie “La cebolla asesina” que ganó un premio en su momento?
JR: La cebolla fue un cómic que estuve trabajando desde 2000 al 2010 en una forma muy puntual y que desde esa época ya no hice ninguno más, y era un poco más underground, un personaje que era una cebolla con un cuchillo y era muy divertido, pero el premio Junceda lo gané con un cómic sobre historias de cocineros. Eran dos cocineros, uno era Martin Berasategui que tiene un montón de estrellas Michelin y un socio suyo David Ponce, que es un cocinero televisivo y muy mediático que sabe mucho de cocina, entonces hice un cómic con recetas de ellos y es el que ganó el premio Junceda. No sigo haciendo cómic, pero el libro que estoy preparando ahora cohabita una parte el lenguaje del cómic junto con gráficos, una mezcla, un poco como Homo Machus que va en la misma línea.
E: ¿Se agotan las ideas?
JR: No, que bah! no se agotan porque las ideas en realidad están ahí siempre, quiero decir que están en el aire y lo único que aprendes con el tiempo es un poco a elaborar técnicas que te viene bien a ti para conseguir conectar ideas que pueden dar lugar a otras ideas. Las ideas ya existen, no te inventas una idea de la nada y ¿cómo se hace esto?, pues se hace normalmente entrenando mucho, antes te mencioné de que soy un corredor de velocidad y nuestro trabajo desde el humorista gráfico ilustrativo es un poco así, te estás entrenando todos los días de tu vida y entonces cuando te toca correr en la competición que es cuando tienes que hacer la viñeta y te sale, porque estás acostumbrado a trabajar en ese ámbito, tiene que ver con la mítica de la creatividad y la inspiración, tiene que ver más con la función mental y el trabajo diario es algo bastante sencillo.
E: ¿Qué debe de tener un diseñador Gráfico?, por ejemplo, una frase tuya que he leído dice: “Cuando tienes un libro entre tus manos el libro es el que te lee a ti y no al revés. Cuantos más libros te lees más leído eres”
JR: Claro, lo que quería decir es que de alguna forma hay una interacción entre el lector y el libro que es muy interesante, tú crees que lo que estás cogiendo estás tú adquiriendo el libro y la verdad es que el libro te está leyendo a ti, porque es una cosa de ida y vuelta, cuando tu estas leyendo un libro realmente te está absorbiendo el libro a ti, te estás metiendo tú en el libro, a eso me refiero. Un libro te puede parecer una maravilla o te puede haber cambiado la vida y a otra le ha pasado sin pena ni gloria. Cuando el libro es el adecuado ese libro te ha leído bien.
E: ¿Algún reto por cumplir Javier?
JR: Yo soy muy normal, yo no tengo grandes retos por delante, me interesa seguir así que estoy sano y razonablemente feliz, que hay días mejores y peores como todo el mundo, pero tengo la familia sana. Que vas a pedir, ¿no? y menos ahora. Lo único que puedes pedir es que te levantes al día siguiente bien y además tengo la suerte de trabajar en lo que me gusta. No tengo grandes ambiciones, hace poco se me ocurrió una idea de un programa de televisión pero no sé si lo haría, me echa para atrás un poco. Creo que puedes pedir en la vida es que te levantes con ilusión por la mañana y que tengas hambre y que te comas un bocadillo de chorizo o de jamón y que te sienta bien además y tengas amigos para tomarte una caña y estar en una playa tomando el sol disfrutando de este clima. Igual podríamos pedir cosas colectivas, que la sanidad esté mejor dotada, que la educación publica, dentro de lo que cabe tenemos un buen sistema, pero hay que mantenerlo. Este tipo de cosas creo que son retos, retos colectivos, más que retos para mí.
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