Herramientas de accesibilidad

Alberto Martín Menacho: “El cine me gusta que sea verdad”

El director Alberto Martín  Menacho presentó su película llamada Antier Noche en la sala de la Filmoteca del Edificio Rialto. Es una película rodada en el año 2023 y coproducida con Suiza y España. Es una película peculiar y su vez atractiva donde se refleja la vida da campo, lo antiguo con lo actual, los amigos, la familia y la relación entre animales y humanos

La película cuenta que el protagonista  llamado Juan Francisco, un niño de 12 años que vive en un pueblo del sur de Extremadura, un sitio encantador rodeado de encinas milenarias y placas solares y la vida de campo. Es a través de la caza de galgos que Fernando descubre la estrecha relación que une a humanos y animales. Santi y Antonio forman parte de la historia y de la juventud, forman parte de la modernidad que convive con la mas antigua tradiciones. Mediante el retrato de estos jóvenes, se muestra un territorio habitado por liebres y burros, historias  de amor, incendios y raves.

 

Cuando desde el público le consultan sobre si ha tenido alguna dificultad a la hora de levantar una producción de las características como su film, o cómo ha sido rodarla y que opciones hay para la gente que les interese crear este tipo de cine. Martín Menacho ha relatado:

“Una película dentro de lo que es la media del cine, digamos, barata, es una película que se ha financiado como documental, aunque yo no lo considero un documental. Pero lo más difícil de todo, más allá de la escritura, ha sido toda la parte industrial de financiación, de cómo crear ese artefacto que se tenga que financiar de una manera clásica, asistiendo a las ayudas. Es una película que está coproducida entre Suiza y España. Esa película a día de hoy, si solo la hubiera producido España, yo no la podría haber hecho. Gracias a que hay un país como Suiza, que es donde estudié y que entró en la producción desde el principio, que tiene unas ayudas que me permitieron dirigirla. Aquí en España, en el ICAA no nos dieron la ayuda y la pequeña ayuda que hay de la región de la Junta de Extremadura con el 60 por ciento restante de Suiza, se pudo.

Es una película bastante experimental desde el inicio, cercana a la escritura documental, con bloques que yo escribía de personas que iban a hacer ciertas acciones, la mayoría de ellas conocidas y nunca hubo una escritura de ficción con diálogos.

Había elementos que formaban parte de la historia, pero cada uno lo iba a decir a su manera. Y fue un poco de esa manera como se fue construyendo, pero también con muchísima paciencia. Yo he rodado dos cortos en ese mismo pueblo, las personas que aparecen en el film forman parte de amigos, familiares. También había un proceso muy íntimo de pasar tiempo con ellos, de no sacar una cámara hasta que creía que era el momento. La película se rodó en tres bloques, hay un inicio de invierno, otro que en primavera y luego al final es verano. Entonces como que hay un proceso de estar en el lugar y de conocer a las personas también de que cojan confianza.

Hay toda una parte de previa de ensayos con Gérard, que es el coach de actores, donde estuvimos ensayando con ellos cosas que no tenían que ver, con secuencias que están en la peli, pero que sí que enriquecían y formaban parte de un imaginario. Consideramos que iba a crear también lazos entre los personajes.

 

Siguiendo con la ronda de preguntas:

¿Tu ahora vives en Suiza o en España? Porque yo he vivido allí cuatro años y te consulto ¿cómo lo llevabas estando allí?. A veces no es fácil.

A.M.– Yo ahora vivo en Córdoba, pero sigo vinculado con Suiza. La cosa social de Suiza es complicada, pero yo estudiaba allí en una escuela de arte. Entonces, también es verdad que, la forma que yo tuve de conocer el país fue a través del cine, de lo que yo estaba estudiando en una escuela de arte, donde el cine era una forma muy abierta de hacerla. No era tampoco muy clásica y muchas de las personas que quiero hoy en día y que forman parte de mi creación artística, son amigas y amigos de allí, españoles, emigrantes como yo o suizos franceses. Entonces al final es un país que quiero un montón por toda esa parte profesional que a mí me me ha dado.

 

Aunque es un tema muy debatido y se ha hablado muchísimo, pero ¿Por qué no es un documental para ti? 

A.M.– Porque yo no lo escribí como un documental, porque yo observé la realidad durante años y a medida que yo observaba eso, después ha habido una escritura, o sea, después de la escritura. Aparte ha habido un acercamiento a personas que son las que están delante de la cámara, pero que luego ellos lo han puesto en escena de una manera diferente a como yo lo escribí. También en el momento en el que se saca una cámara, las personas siempre hay algo que hace que ya no sean las mismas que si no hubiera esa cámara. A mí el cine es algo que me gusta que sea verdad, pero esa verdad no es documental, es una transformación también de la realidad. Entonces, para mí el documental es algo que existe, que no quiero decir que no exista, pero el documental tiene ficción y la ficción tiene documental siempre. Respecto a esto, sobre la ficción y el documental me ha recordado en algunos momentos porque imagino, corrígeme si me equivoco, pero son al fin y al cabo, personas interpretándose a sí mismas y convirtiéndose en personajes. Y me recuerda, en cierto modo a la Academia de las Musas de José Luis Guerín

 

Sobre lo mencionado último, ¿Qué relevancia tiene para ti el cine de Guerín o si tienes algo en común o  que otros cines te han inspirado para hacer la película?. Y una segunda pregunta ¿Cuál han sido las circunstancias o qué es lo que te ha motivado a contar esta historia?

A.M.- La verdad es que tampoco soy alguien que conozca muy bien el cine de Guerín, he visto un par de películas suyas, sé que es bastante referente en algunos casos. Para esta película, por ejemplo, pues siempre hay algo de Víctor Erice. Cuando yo pienso en algo joven, de cuando yo quería hacer cine en El espíritu de la Colmena, siempre pienso que hay algo también de cine francés, porque a mí el hecho de moverme a estudiar al extranjero también fue sobre todo por el cine francés, Nouvelle Vague y esa época joven del cine francés .

Creo que una de las principales cosas del por qué hacer esta película es intentar acercarme a un mundo de la caza que yo desconozco, pero que me apetecía mucho acercarme precisamente porque había una imagen que era como esencial para mí y para hacer la película que era ese animal, ese galgo que aparece ahorcado. Pues es una imagen que a mí me cuesta mucho comprender y mi hermano hace ya muchos años llegó a casa con una galga que la cogió de una perrera. A él y a la perra dedico al final la película. A través de conocer a este animal, de vivir en casa conmigo yo empecé a conocer también la historia de la caza con galgos, de abandono, de maltratos y todo eso dio pie a construir una una película en la que a través de la infancia, pues había todo este contexto alrededor de cazadores y animales en un entorno rural.

 

Enhorabuena por la obra. Creo que es una belleza de película, y te quería preguntar : A la hora de trabajar diálogos, por una parte con actores y por otra desde el guion. ¿Cómo lo has hecho?

A.M.– La mayoría prácticamente son actores no profesionales. Menos PETA, que es la mamá de la pareja de los dos pequeños. Ella es actriz profesional y hubo como una semana y media en la que, como decía antes, con Gerard (que es coach de actores profesionales y que trabaja con Mario Casas, con películas más comerciales), hizo un trabajo sobre todo de que ellos se conocieran, porque muchos se conocían del mismo pueblo, pero no tenían una relación muy extensa o no pasaban todos los días juntos, eran conocidos pero no super amigos. Entonces hubo un trabajo de crear lazos y ensayamos mucho. Entonces también siempre había una frescura, cuando rodábamos que no estaba anteriormente, como que habíamos escrito algo para ensayar, pero que ese algo no estaba en lo que yo había escrito. Hay muchas sorpresas también. En los primeros días de rodado en el contexto de que aún no se conocían lo suficiente, surgió una especie de magia. Se ha trabajado previamente, pero muchas veces surge esa magia por la intuición de haber elegido a esas personas, que podías crear esa pareja de amigos en ese momento y creo de que ello estaban en un ambiente de confianza y pudieron crear algo que que les era cercano pero que era en paralelo a su realidad.

 

Una de las escenas de la película Antier Noche de Alberto Martín Menacho

Autor

Lorena ÁvilaPeriodista
Comunicación. Periodismo 3.0
Comparte: